El amaranto es un alimento con alto valor nutricional, y su consumo frecuente repercute de forma positiva en las personas que lo integran como parte de su dieta diaria. En el grano, posee de 16% a 19% de proteína de muy alta calidad; pues contiene los aminoácidos esenciales (la lisina y el triptófano), que le hacen falta a los cereales y que el cuerpo humano necesita para sintetizar otros nutrientes.

A diferencia de la proteína de la carne, leche, pescado o huevo, la del amaranto es más fácil de asimilar y también es más fácil de producir, pues es muy difícil tener una vaca en casa por la cantidad de alimento que requiere, también es muy difícil acceder a carne por su alto costo, el consumo del pescado en los pueblos es muy bajo; “solo en semana santa”, comentan las señoras con quienes trabajamos, sin embargo el amaranto puede ser integrado en la base de nuestros cultivos básicos, además en los hogares aún se cuenta con traspatios grandes en los que se puede producir esta planta y con ella usar hojas o grano para la alimentación, ¡puede ser la leche para las familias de muy escasos recursos del medio rural, o urbano si se atreve a producir en macetas, llantas, botellas, etc.! El grano del amaranto posee altos contenidos de calcio, un calcio que se absorbe de manera natural, y que falta a muchas personas, sobre todo a mujeres que han tenido varios hijos y que se han descalcificado, también es recomendable para personas mayores para reforzar el calcio en sus huesos y sobre todo para los niños y jóvenes que se encuentran en desarrollo; estos últimos por el calcio que necesitan y la proteína para darles estructura.

La hoja del amaranto contiene hierro, este mineral es uno de los principales componentes de la sangre por lo que su carencia provoca anemia, el consumo de hojas de amaranto aporta este hierro faltante. También posee ácido fólico; una vitamina cuyo consumo en los primeros meses de gestación del bebe evita las malformaciones del tubo neurálgico, en los centros de salud dan a las mujeres en edad reproductiva pastillas de ácido fólico, con un consumo frecuente de hoja de amaranto ya no sería necesario consumirlas, pues le aportan lo necesario para el desarrollo idóneo de bebés en el seno materno. En las hojas posee mucha fibra; lo cual facilita la digestión, las hojas ya a punto de secar del amaranto, son útiles para curar la diarrea.  En general, el consumo de la hoja del amaranto ayuda a reforzar las defensas de las personas, pues contiene vitaminas; y hemos visto que las familias consumen poco de vitaminas, pues las frutas y verduras son caras.