El grano de Amaranto posee una gran calidad nutritiva, en especial un alto contenido de calcio, ácido fólico y vitaminas.

Contiene un 16% de proteínas, también posee carbohidratos asimilables, vitaminas y minerales.

El amaranto tiene mayor contenido de fósforo, calcio y hierro, que otros cereales comunes como el arroz, maíz, trigo, cebada avena y el centeno. Solamente la leche de vaca y la leche materna contienen igual o un poco más de estas sustancias nutritivas.

Contiene entre 5 y 8 % de grasas saludables, entre ellas el escualeno, un tipo de grasa precursora de colesterol “bueno” muy necesaria en el organismo.

El grano de Amaranto a comparación de otros productos vegetales contiene lisina en cantidades superiores a lo ideal, tomando en cuenta que este aminoácido se encuentra muy escaso en los productos de tipo vegetal.

Debido al Magnesio que aporta el Amaranto, relaja las arterias y venas reduciendo la hipertensión y arritmias cardiacas, además que ayuda a mantener los niveles de glucosa en la sangre.

Su contenido de fibra, es muy superior al de los demás cereales, aportando 15.2 gramos por 100 gramos de producto. Ello es debido a que la fibra se encuentra en la cubierta externa de la semilla, y al ser tan pequeñas, se ingieren más cantidad que en los demás granos.

En cuanto a las Vitaminas. Destaca por su contenido en vitamina E (presente en el embrión), vitaminas del grupo B, especialmente vitamina B1 o tiamina, vitamina B2 o riboflavina, y vitamina B3 o niacina; óptimas para la absorción de los carbohidratos –presentes en el mismo grano; e importantes para el buen funcionamiento del sistema nervioso.