Mucho se ha hablado de la resistencia a la sequía que tiene el amaranto. Debido a los cambios tan drásticos que se notan en el ambiente en los últimos años, acabamos de sufrir una de las peores sequías que ponen a prueba dicha resistencia; acabamos de salir del fenómeno de la canícula, identificado por la disminución de lluvias a mediados de la temporada pluvial, este fenómeno también llamado “sequía intraestival”, “sequía de agosto” o “veranillo” que representa en el calendario los 40 días más calurosos del año, en Oaxaca afectó a miles de hectáreas de maíz, sin embargo el amaranto establecido, si bien fue afectado en su crecimiento; pues se tendrán plantas de porte bajo, estas siguen en pie y si tendrán producción.
Mientras las altas temperaturas y la falta de lluvias provocaron que miles de hectáreas sembradas de maíz resultaran afectadas, pues la mayoría de las parcelas sembradas no alcanzaron su etapa de floración (que corresponde a la etapa más crítica de este cultivo). El desastre agrícola que viene o que ya estamos sufriendo pondrá en un predicamento a miles de familias que dependen del temporal para la producción de sus propios alimentos.
Por su parte el amaranto ha mostrado que una vez que la sequía se agudiza, su crecimiento se reduce, e inicia una floración temprana y empieza a formar granos, una vez que la sequía termina, el amaranto continúa su proceso de maduración de grano y pareciera que no ha pasado nada.
Esta característica hace muy especial al amaranto, pues vemos que es una planta que se adapta y resiste los efectos del cambio climático; es decir; se trata de una planta resiliente, soportando las variaciones fuertes de temperatura, autorregulándose, haciendo un uso eficiente del agua para sobrevivir. Con esta característica que posee el amaranto, nos resulta un cultivo muy apropiado de seguirse promoviendo para el estado de Oaxaca, en donde más del 90% de las tierras cultivables son de temporal, es decir que dependen del agua de lluvia para producir, lo que ha hecho que el maíz sea el principal cultivo que se establece durante el temporal. Con resultados como los que tenemos este año; con la sequía que hemos padecido, que parecen agudizarse cada vez más, pues si bien ya se habían presentado sequías en por lo menos los 2 años anteriores, la registrada en 2015 no tiene comparación, pues la falta de lluvias fue más allá de los 40 días, y con calores exageradamente extremos. Si aunamos a lo anterior; el bajo precio que tiene el maíz en el mercado vamos a seguir teniendo el abandono de la actividad agrícola en general y una impresionante y desmedida expulsión de mano de obra hacia el norte del país o hacia los centros urbanos, principalmente de hombres y mujeres jóvenes.