Asela Pablo Delgado, ingeniera agrónoma de San Pedro Totomachapam, ejemplifica el compromiso con la agricultura sostenible. Su pasión la lleva a viajar semanalmente al Centro Demostrativo y de Capacitación Agroecológica (CDCA) en Zimatlán de Álvarez, donde aplica sus conocimientos en agroecología. En el CDCA, Asela participa en actividades como el cultivo de tomate bajo invernadero, producción de lombricomposta y uso de microorganismos de montaña. Estos aprendizajes los aplica en su comunidad, estableciendo un espacio para producir lombricomposta y cultivar suculentas. Su experiencia ha demostrado los beneficios de la producción agroecológica. Los tomates que cultiva en el CDCA son apreciados por su calidad superior, mayor vida útil y mejor sabor comparados con los de supermercado.
Asela reflexiona sobre la satisfacción de producir alimentos libres de químicos, destacando la importancia de ofrecer productos saludables a los consumidores. Aunque reconoce los desafíos de este método de cultivo, enfatiza los beneficios a largo plazo para la salud de los consumidores y el medio ambiente, contrastándolo con los potenciales daños de los productos químicos en la agricultura convencional.
Historia de Asela
Asela Pablo Delgado, originaria de San Pedro Totomachapam, es una ingeniera agrónoma cuyo compromiso con el ambiente se remonta a su infancia. Su dedicación la lleva a viajar dos horas y media en autobús cada semana, llegando los lunes y regresando los viernes por la tarde, para cumplir con su pasión por la agricultura sostenible. Durante su formación universitaria, Asela se especializó en agroecología, una disciplina que busca integrar principios ecológicos en las prácticas agrícolas. Esta elección refleja su preocupación temprana por el daño al ambiente y su deseo de contribuir a soluciones sostenibles.
Tras graduarse, Asela descubrió una oportunidad única a través del programa federal “Jóvenes Construyendo el Futuro”. En la plataforma del programa, encontró al Centro Demostrativo y de Capacitación Agroecológica (CDCA), ubicado en su municipio, Zimatlán de Álvarez. El innovador esquema de trabajo del centro captó inmediatamente su atención, alineándose perfectamente con sus aspiraciones profesionales.
De la teoría a la práctica.
En el CDCA, Asela ha encontrado un espacio ideal para llevar la teoría a la práctica. Sus actividades abarcan cada eslabón de la cadena productiva en hortalizas, permitiéndole fortalecer y aplicar los conocimientos adquiridos durante su carrera. Entre sus experiencias más enriquecedoras, destaca: 1. El cultivo de tomate bajo invernadero 2. La producción de lombricomposta 3. El uso de microorganismos de montaña (sólidos y líquidos)
Inspirada por su experiencia en el CDCA, Asela ha establecido un espacio en su casa para la producción de lombricomposta. El humus obtenido lo utiliza para enriquecer el sustrato de suculentas que cultiva y comercializa en su comunidad, demostrando cómo los conocimientos adquiridos pueden tener un impacto directo y positivo en su entorno inmediato.
Con el tiempo, Asela ha comprendido profundamente la importancia y el impacto de la producción agroecológica. Al comercializar tomates cultivados en el CDCA entre sus paisanos, ha recibido comentarios positivos sobre la calidad superior del producto: mayor vida útil, sabor más dulce y mejor en comparación con los tomates de supermercado
Asela reflexiona sobre su experiencia.
La historia de Asela Pablo Delgado es un testimonio inspirador del compromiso con la agricultura sostenible y la agroecología. Su dedicación, desde los largos viajes semanales hasta la aplicación práctica de sus conocimientos en su comunidad, demuestra cómo la pasión y el conocimiento pueden converger para crear un impacto positivo en la producción de alimentos y la salud del ambiente. Asela representa una nueva generación de agricultores comprometidos con métodos de cultivo más saludables y sostenibles, sentando las bases para un futuro agrícola más respetuoso con el planeta y sus habitantes.