Producción de semillas de amaranto.

Un buen manejo de cultivo es uno de los requisitos fundamentales para obtener una buena cosecha de granos y de semillas de calidad. Por tal razón, antes de sembrar se deben considerar diversos aspectos, tales como: el tipo de semilla, la época, la densidad y los métodos de siembra; y después de sembrar el manejo del cultivo: fertilización, control de maleza, control de plagas y por último la cosecha.

Por tal motivo integramos los paquetes tecnológicos de producción de amaranto propuestos para los valles centrales de Oaxaca, integrando también información alternativa para un manejo agroecológico de las parcelas a establecer en el Proyecto “Fortaleciendo Sistemas de Semillas Locales y Resilientes en México”, que permita a los campesinos dar un buen manejo a sus cultivos pero al mismo tiempo cuidando su economía y su salud.

En el paquete tecnológico propuesto para el manejo de Amaranto en los valles centrales no se integra otra información distinta, ya que el Centro de Desarrollo Comunitario Centéotl A.C, ha sido parte de su estructuración y

Introducción

El amaranto fue domesticado y usado como alimento desde antes de la llegada de los españoles. Actualmente se siembran en estados como Tlaxcala y Puebla, los cuales concentran el 85% de la producción nacional. La planta del amaranto tiene múltiples usos; con el grano, el cual contiene un alto valor proteínico, se puede elaborar palanquetas, galletas, panes, atole, helados, etcétera. Con las hojas se elaboran sopas, cremas o ensaladas; debido a esto el amaranto es de fácil incorporación a la dieta habitual de las familias, contribuyendo así a reducir los problemas de desnutrición de la población, especialmente la de los niños.

En la parte agrícola, sobresalen sus cualidades como la tolerancia a la sequía, la presencia reducida de plagas y enfermedades, la adaptabilidad a diversas condiciones ambientales, ciclos de vidas cortos con alta ganancia de biomasa (fotosíntesis C4), rendimientos de grano que puedan alcanzar picos mayores a las 3 toneladas por hectárea y su vida de almacenamiento prolongado, incluso mayor a 10 años.

El amaranto posee relevancia histórica y Oaxaca se considera centro de origen y domesticación del cultivo. En la actualidad encontramos comunidades indígenas como San Antonino el Alto, San Miguel Mixtepec y otros de la región Sierra Sur donde el amaranto, asociado con el sistema milpa se remonta desde épocas precolombinas y aun en la actualidad forma parte de su estrategia alimentaria en especial en años de malas cosechas y escasez de alimentos.

Preparación del terreno.

La semilla de amaranto es muy pequeña y a fin de asegurar una buena germinación, se requiere contar con un terreno bien mullido. La adecuada preparación del terreno facilita la nacencia de la semilla, favorece la retención de la humedad en el suelo y propicia un mejor aprovechamiento de los fertilizantes.

Barbecho: Es necesario barbechar a 25 centímetros de profundidad. Esta labor permite exponer el suelo roturado a los rayos del sol, con lo que se logra la descomposición de la materia orgánica y al mismo tiempo se eliminan las plagas que viven en el suelo.

Rastra: se realiza con la finalidad de dejar sin terrones el terreno para facilitar la siembra, en terrenos arcillosos o pesados suele requerirse una segunda rastra o cruza.

Surcado: Se hace con una separación de 80 a 85 centímetros y una profundidad de entre 10 y 15 centímetros, dando la apariencia de un rayado sobre el terreno. En muchos casos los productores prefieren el uso de yunta en lugar de los tractores para esta actividad.  

Fecha de Siembra

Para determinar una buena fecha de siembra es importante considerar dos factores, el periodo de lluvias de la región y el ciclo de vida de la variedad a utilizar.

Para lugares altos donde el clima es templado o frio, la recomendación es sembrar con el inicio de las lluvias entre mediados de mayo e inicios de junio, preferentemente con variedades de ciclo largo o medio (140-160 días), esto con la finalidad de que al momento de la cosecha las lluvias se hayan retirado y no entorpezcan la cosecha y el secado del grano, la cual debe desarrollarse para finales del mes de octubre e inicios de noviembre.  En cuanto a la región de altura media o baja y con clima más cálido, es preferible esperar a que las lluvias estén bien establecidas y sembrar a partir de finales del mes de junio hasta mediados de julio, con variedades de ciclo corto (90 a 120 días), siguiendo el principio de evitar la presencia de lluvias al momento de la cosecha.

Siembra.

  1. Acondicionamiento de la Semilla

Dado el tamaño pequeño de la semilla es recomendable preparar y acondicionar la semilla antes de la siembra, evitando de esta forma su desperdicio y amontonamiento de las plantas al momento de su nacencia.

Para sembrar 1 ha se requiere revolver 2 kg de semilla de amaranto con 100 kg de estiércol cernido y revolver hasta dejar homogenizada la mezcla. El estiércol puede ser de chivo, borrego o ganado vacuno, o bien lombricomposta, y se recomienda que esté ligeramente humedecido.

Es preferible preparar las semillas un día antes de utilizarlas, dejándola reposar con el estiércol húmedo la noche anterior, para que absorban humedad y cuando se siembre nazcan de manera homogeniza y más rápido.

  1. Método de Siembra
  • A chorrillo, la semilla ya preparada se coloca en el talud del surco, dejando caer la semilla de corrido. Esta técnica se recomienda para terrenos barrosos o con terrones y en donde cuesta un poco más la nacencia de las plantas.
  • Mateado, la mezcla de semilla se siembra dejando una pizca de semilla cada 30 cm. Es decir, por cada paso se deja caer un poquito de la mezcla de semilla, el equivalente a lo que alcanzas a tomar con la punta de tus tres dedos. 

Con cualquiera de las dos técnicas de siembra es necesario hacer el tapado de la semilla que se realiza pasando ligeramente una rama a modo de rastra. La semilla no debe quedar enterrada por más de dos centímetros para una buena nacencia.

El Centro de Desarrollo Comunitario “Centéotl” AC cuenta con una sembradora de precisión de amaranto que usa 6 kg de semilla por hectárea.

  1. Densidad de Plantas

La densidad de plantas puede cambiar de acuerdo a la variedad cultivada, así para variedades de ciclo corto pueden encontrarse hasta 150-175 mil plantas por hectáreas, mientras que para las de ciclo largo y de mayor talla lo recomendable seria entre 70 y 90 mil plantas.

Nutrición Vegetal

Con la finalidad de maximizar la producción, y disminuir el uso de fertilizantes de origen sintético, es importante la combinación de elementos orgánicos y químicos para la nutrición de las plantas, de esta forma se recomienda, para una hectárea la aplicación de entre 1000 y 1200 kg de materia orgánica (abono animal composteado), la aplicación de fertilizantes foliares de origen orgánico (supermagro o agroplus) y fertilización sintética con la fórmula 80-40-00.

El total del abono composteado debe aplicarse al momento de la siembra, mediante la técnica conocida como bandeo, colocando aproximadamente un kilogramo por metro lineal del cultivo, en el sitio en donde se colocará la semilla. En este mismo proceso, se debe aplicar la primera dosis de fertilización que consiste en 40 unidades de nitrógeno y 40 unidades de fosforo, lo que equivale a 87 kilogramos del fertilizante comercial DAP (18-46-00) y a 53.5 kg de Urea. 

La segunda aplicación del fertilizante se realiza durante la primera labor, la cual ocurre entre los 30 y 40 días después de la siembra y consiste en aplicar las restantes 40 unidades de nitrógeno (87 kg de Urea).

La aplicación de los foliares orgánicos, se deben realizar durante el periodo del desarrollo vegetativo, a partir de los 20 días de emergencia de las plantas y hasta antes de comenzar la floración, es recomendable al menos dos aplicaciones con intervalos de 15 días entre la primera y segunda. Para cada aplicación y considerando una superficie de 1ha, se requiere de 10 a 15 litros de supermagro, disuelto en 200 lt de agua, la aplicación requiere de una mochila aspersora.

Labores de Cultivo.

  • Primera labor: consiste en dar un paso de yunta o tracto (arado de ala corta o cultivadora) para acomodar el surco, eliminar malezas y aplicar la segunda dosis de fertilizante, como se menciona en el apartado anterior. El control de maleza inicia cuando emerge la planta, pero se considera el principal cuando se realiza la primera labor, se combinará el control mecánico y manual.
  • Raleo o aclareo. Esta práctica se realiza cuando nuestro cultivo tenga aproximadamente un mes de sembrado, cuando las plantas tengan máximo 20 cm de altura o cuando tengan entre 6 y 10 hojas verdaderas. Normalmente es parte de la primera labor y consiste en una práctica mecánica (efecto del aporque) y manual que elimina o arranca plantas del mismo amaranto que están de más en nuestro cultivo, las cuales compiten por espacio, nutrientes, luz y humedad y que podemos trasplantar donde no hubo germinación. Las que dejamos en el terreno deben quedar a una distancia de entre 10 y 20 cm una de otra y verificar que en un metro lineal haya aproximadamente de siete a diez plantas, en el caso en donde la siembra fue mateada deben dejarse de tres a cuatro plantas por mata.
  • Segunda labor: es un segunda paso de arado, para realizar el aporque y se realiza antes de que las plantas cierren o crucen su follaje, también permite mejorar el raleo y eliminar malezas. No siempre se realiza esta actividad, depende en buena medida de la cantidad de maleza presente.
  • Riego de Auxilio: en caso de sequía prolongada se requiere auxiliar a la planta con riesgos esporádicos que contribuyan a su crecimiento; el volumen de agua requerido es de 3 m3 por hectárea de acuerdo a las condiciones de sequía.

Plagas

El Amaranto en el estado de Oaxaca, al ser un cultivo en proceso de desarrollo, no presenta muchos problemas con plagas, dentro de las observadas y que pueden llegar a ocasionar impacto económico

Para el control del complejo las larvas de Lepidópteros que ocasionan daños en las panojas, espigas y follaje del amaranto se recomienda el uso del insecticida biológico DIPEL 54 WG (Bacillus thuringiensis), a razón de 500 g/ha, disuelto en 200 lt de agua. La aplicación debe realizarse al primer momento que se observen síntomas característicos, como telaraña, hojas enrolladas, panojas torcidas o se observe la presencia de las larvas. Para este mismo problema, también puede emplearse insecticidas piretroides como Ambush-34 o Cipermetrina 200CE en dosis de 300-500 ml/ha.

En el caso de la chinche del género Lygus, su control se hace con Diazinón 25E a razón de 1 lt/ Ha, en 200 lts de agua. Se recomienda aplicar una vez que va terminando la floración.

Enfermedades

  • Problemas por hongos

Las enfermedades que se presentan en el amaranto son causadas por poblaciones de hongos (Rhizoctonia spp, Phytopthora spp y “carbón de la espiga” Ustilago sp), presentes de manera significativa en la materia orgánica y comunes en plantaciones donde se aplica estiércol o composta en exceso como fuente de nutrición vegetal. En la mayoría de los casos estos hongos se encuentran asociados, formando un complejo que actúan sobre las mismas plantas.

La presencia de Rhizoctonia se manifiesta como un estrangulamiento en el cuello de la raíz con lesiones necróticas que hacen caer a la planta. La infestación por Phytopthora se detecta por un marchitamiento parcial o total del follaje, con una infección que comienza en la base del tallo o en la raíz, donde aparece una lesión café oscuro.

El carbón de la espiga (Ustilago  sp) aparece cuando la espiga ya está formada, poco antes de la cosecha. Las semillas son reemplazadas por masas de esporas. Al romperse la membrana que cubre las esporas sueltan un polvillo de color café o negro. 

Las buenas prácticas, como la rotación de cultivos, de preferencia con leguminosas, los barbechos profundos y periodos prolongados de solarización permiten la desinfección del terreno y en buena medida el control de este complejo de hongos.

El uso preventivo de Cupravit o (oxicloruro de cobre) o Captam 50PH en dosis de 2 kh/ha, al momento de identificar los primeros síntomas, permite atenuar significativamente la presencia de Ustilago sp y  Rhizoctonia spp, que afectan significativamente a las panojas y los tallos justo en el momento de llenado de los granos. 

El uso del fungicida sistémico Aliette ( Fosetil-Al), en dosis de 2kg/ha, es una opción para el control de la secadera o “Damping off”, causado principalmente por Phytopthora spp. La aplicación debe realizarse en el periodo de los 10 primeros días después de emergidas las plántulas.

  • Reverdecimiento o crecimiento secundario.

Este fenómeno se presenta cuando las plantas han llegado a su madures y cercanas al momento de corte, la panoja en lugar de secarse se reverdece, lo cual consiste en formar pequeñas hojas (2 a 3 mm) a partir de las estructuras florales del amaranto, con este fenómeno la inflorescencia no produce semillas, pues esta se reabsorbe, con la consecuente disminución de la producción de grano. Hasta el momento se discute si se trata de un desorden fisiológico o si se trata de un fitoplasma.

El reverdecimiento, está relacionado a la humedad relativa y temperaturas altas o a la presencia de lluvias cuando las panojas están en proceso de secado, también, es más común observarlos en variedades como amaranteca o revancha.

Cosecha

La cosecha del amaranto, es una de las actividades más laboriosas del cultivo, dado el pequeño tamaño del grano, la condición en que se realiza depende de factores como el tamaño de la parcela que se cultiva y la disponibilidad de maquinaria adaptada para este fin, así pues, es posible realizar esta actividad de manera manual, semi-mecanizada, con el apoyo de trilladoras y sopladoras estacionarias, o mecanizada con el apoyo de cosechadoras combinadas, estas últimas pueden abastecerse de manera manual o realizar la cosecha con las plantas de pie.

 En general el proceso de cosecha, podemos dividirlo en varios pasos hasta la obtención del grano, como se describen en los siguientes apartados.

  1. Punto de Corte

Este punto, varía de acuerdo a ciertas condiciones, por ejemplo, al ciclo de vida del material genético empleado, del clima, la altura sobre el nivel del mar, la densidad de plantas, la temporada de siembra, entre otros. Pero se pueden seguir estas indicaciones para saber cuándo cortar:

  • La planta se empieza a secar o ponerse amarillenta.
  • La espiga cambia de color (las panojas rojas a café y las panojas verdes a amarillas).
  • Al frotar la espiga con las manos, las semillas se separan de la panoja y al sacudir la planta algunas semillas caen al suelo.
  • Las semillas se ven como el “ojo de una gallina”, el circulo interior es transparente o cristalino y el exterior forma una areola de color blanco.
  • Al morder la semilla se siente ligeramente dura.

  1. Corte y Secado de las Panojas

El corte de la panoja debe realizarse a la altura media del tallo de la planta, preferentemente con un machete corto, o una hoz. En plantaciones cercanas al volcán Popocatépetl en el estado de Puebla suele usarcé un machete con punta curva conocido como gavilán. El corte debe ser de un solo golpe para evitar sacudir lo menos posible las panojas y evitar la pérdida de grano por caída.

Una vez cortadas las panojas, estas deben colocarse atravesadas sobre los lomos de los surcos mediante la práctica conocida como engavillado, la altura de este engavillado o tendido de las panojas no debe superar los 50 cm. Un periodo de entre 8 y 10 días de exposición al sol es suficiente para alcanzar el secado de las panojas.

Al momento del corte es recomendable evitar en lo posible el contacto de las panojas con el suelo, para ello es recomendable utilizar lonas.

El trillado consiste básicamente en desprender los granos de las panojas, cuando esta actividad se realiza de manera manual, es necesario colocar las panojas previamente secas sobre una lona o un piso de concreto, posteriormente debe ser golpeada con varas o garrotes, pisoteada por animales o incluso aplastadas con las ruedas de un vehículo o del tractor. Posteriormente, el material resultante de este proceso, es pasado o cernido a través de una criba provista de una malla del número 14 (14 hilos por pulgada cuadrada), que permita separar la paja gruesa del grano y la pajilla fina que recubre el grano (opérculo y urna del pixidio unilocular), la cual, después debe ser soplada o venteada ya sea con las corrientes de aire natural o con el apoyo de un ventilador.

Para facilitar esta actividad y como parte de las tecnologías apropiadas para pequeñas y medianas plantaciones también se han diseñado algunas trilladoras estacionarias impulsadas por motores a gasolina o por la toma de fuerza de un tractor, las cuales requieren que el corte, secado y suministro de las panojas a la maquinaria se realicen de manera manual.

Para  el uso de cosechadoras combinadas, es necesario realizar los siguientes ajustes para un buen desempeño, ellos son: la criba superior debe tener la misma apertura como cuando se cosecha trigo y la inferior, con una apertura de un décimo de pulgada, como para cosechar semillas de alfalfa; la velocidad del abanico debe ser de 540 RPM, la velocidad del cilindro debe ser de 800 a 900 RPM y el espacio entre el cilindro y los cóncavos debe estar casi completamente abierto (Estrada y Sahagún 2001).

Limpia del Grano y Almacenamiento

Una vez terminado el proceso de trillado, es necesario continuar con el soplado hasta alcanzar la separación de la pajilla fina y el polvo del grano, factor muy importante en la determinación de la calidad del grano.

Para el desarrollo de esta actividad, la manera más rudimentaria consiste en dejar caer desde un punto alto el grano y permitir que el aire natural disperse la pajilla. Para agilizar este proceso y mejorar la calidad del grano, se han generado maquinas sopladoras, basadas en una columna de aire de flujo laminar, impulsados por ventiladores de cola de ardilla o turbina.

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