Dar “crédito” a la mujer y entregarle un pequeño capital que le permita desarrollar una iniciativa productiva y no al varón, como es “lo tradicional”, tiene implícito romper los paradigmas que en lo inmediato ofrece la oportunidad de establecer relaciones diferentes entre la pareja, la familia y la comunidad. Con el fin de que esa oportunidad sea aprovechada y, efectivamente genere los cambios esperados, la mujer recibe y crea en su “Colmena” un entorno favorable a su proceso de empoderamiento. Inicia con mejorar su propia autoestima y fomenta la solidaridad, el trabajo, la disciplina y el compromiso como principios básicos de su quehacer y del quehacer de su colmena. Asumirse como parte de un grupo con otras cuatro compañeras en donde cada una de ellas juega un papel de autorregular el uso del crédito es muy importante, pues de esta manera está asegurando que su iniciativa sea exitosa. La “Colmena” en donde hay hasta 39 mujeres más que, al igual que ella, busca superar la pobreza y la de su familia y reivindicarse como mujer. Hacerlo sola se antoja casi imposible, hacerlo con un grupo de compañeras ayuda y se hace viable.
Ante esto, la verificación del crédito se hace fundamental. Rosa Estela Morales Morales, Promotora de Desarrollo y Servicios Financieros de dicho programa nos compartió la verificación que hizo a la señora Lucía Cruz de la Colmena número 28. “Unión” de Santa Catarina Quiané. Como se muestra en las fotos, esta familia utiliza su crédito para la agricultura, principalmente para la producción de maíz.