Se dice que un niño con una alimentación deficiente tiene hasta siete veces más probabilidades de contraer enfermedades gastrointestinales y respiratorias que las que presenta un niño con una mejor nutrición.

La primera constante de una mala nutrición en la infancia es el consumo insuficiente de alimentos, tanto en calidad como en cantidad, esto propicia la aparición repetitiva de infecciones como diarrea o de las vías respiratorias, pero además hace que el organismo “sacrifique la talla para poder sobrevivir”.

Así se explica que mientras a nivel nacional la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 que el 13 por ciento de menores de cinco años en el país tengan talla baja, pero en Oaxaca es del 23.7 por ciento.

El consumo constante de amaranto en forma de cereal natural, alegría o harina en atole para estos niños es ideal para enfrentar la desnutrición y como el amaranto se puede producir en las parcelas de las familias campesinas este problema se resuelve.

Con Información de: Nadia Altamirano Díaz, de nvinoticias.com.