Investigaciones realizadas en el 2005, muestran que la integración de una cantidad pequeña de la semilla de amaranto a la dieta cotidiana ayudará a que los niños a superen la desnutrición. En un estudio llevado a cabo en 1,000 niños quienes consumieron el equivalente de 20 gramos de la semilla de amaranto a diario por un año, el 61.7 por ciento se recuperó mientras que en el grupo control solamente se recuperó el 15.33 por ciento. Tales resultados demuestran la viabilidad de amaranto para combatir la desnutrición mundial.